miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Con Quién Jugamos?


Tenemos la capacidad de jugar en solitario y muchas veces así lo hacemos. Pero normalmente preferimos compartir nuestros juegos y todas las sensaciones, emociones y placeres que ellos conllevan.

Cuando fabricamos o nos regalan un juguete queremos enseñárselo a las personas que tenemos más cercanas: nuestras compañeras y compañeros de escuela, nuestras vecinas y vecinos, nuestras amigas y nuestros amigos.

Podemos jugar a solas con la pelota de fútbol o baloncesto que apenas nos han regalado, pero mucho preferiríamos hacerlo con personas amigas. Podemos inventar un juego solitario de metras (o pichas) pero será más emocionante y divertido si lo hacemos con otros seres con los cuales compartimos intereses y aficiones.

El juguete, si lo piensas un poquito, notarás que es un elemento que nos ayuda a relacionarnos con nuestro entorno.

El juguete nos permite compartir, hacer nuevas amistades, generar nuevos lazos. El juguete puede ser la puerta de salida de nuestro hogar hacia el mundo exterior.

De alguna manera, normalmente preferimos jugar en compañía que jugar a solas. Generalmente resulta más divertido compartir nuestros juguetes y nuestro tiempo.

Pero no siempre el juego es causa del placer. ¡Cuantas veces nos peleamos a causa de juegos y juguetes! ¡Golpes, patadas, lágrimas y trompadas también tienen que ver y mucho con los juguetes!

Texto: Mauricio Rodríguez Ferrara.
Cortesía de: Mario Calderón.
Dirección: Casa del juguete, Millas, Mérida Edo. Mérida.
www.mariocalderon.com


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¿Por qué Jugamos?


Desde nuestra primera infancia sentimos la necesidad de jugar porque nos proporciona un inmenso placer y es, además, una forma de ir descubriendo el mundo que nos rodea.

Jugamos con el trompo, el carrito, los creyones, la muñeca o la pelota. Jugamos con una hoja de papel o con un retazo de tela. Jugamos a que somos bomberas o bomberos, policías, enfermeras o enfermeros, maestras o maestros, médicas o médicos.

Tenemos la capacidad de jugar con cualquier cosa y a ser cualquier cosa. El placer que nos proporciona el juego también es infinito. Jugamos, pues, por simple placer.

Como personas adultas tampoco dejamos de jugar, aunque tal vez nuestros juegos cambien de dimensión. Abandonamos la perinola, el trompo, el carrito y la muñeca y adoptamos otros juegos que decimos son más propios de las personas mayores.

Aparece entonces, por ejemplo, el billar, el bingo, la baraja y el dominó. Pero las personas adultas muchas veces le adicionamos un ingrediente que en la infancia no tenemos: el dinero. Esto lo hacemos en búsqueda de una mayor “emoción” o de un mayor “placer”, lo cual frecuentemente nos puede causar graves daños.

Pero no todas y todos somos iguales. Muchas de las personas adultas nunca perdemos esa imaginación o sentimiento infantil y, desde el ángulo del juego, nunca dejamos de ser niñas o niños. Una anciana o un anciano pueden sentir tanto placer con una perinola, con un carrito o con una pelota como lo pueden sentir una niña o un niño en su primera infancia.

Todo es cuestión de actitud, de sentimientos, de cómo llevar la vida. ¡Muy probablemente tu abuela o tu abuelo disfruten tanto de los juegos y de los juguetes como tú!

Texto: Mauricio Rodríguez Ferrara.
Cortesía de: Mario Calderón. www.mariocalderon.com
Dirección: “LA CASA DEL JUGUETE”, Millas, Mérida Edo. Mérida.


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¿Qué es un Juguete?


Un juguete es un objeto con el cual nos divertimos. Puede tratarse de un objeto muy sencillo como el palo de una escoba, o de uno muy complicado como el videojuego.

Si al palo de la escoba le añadimos nuestra imaginación –cosa que ejercitamos mucho en nuestra niñez- lo podemos convertir en yegua o caballo brioso y correlòn.

O podemos devenir en brujas o brujos que volamos por los cielos y llegamos a cualquier parte del planeta, y hasta mucho más allá.

Y si le ponemos una ruedita con un clavito tenemos un vehiculo con el cual circular divertidamente.

Una caja de cartón la podemos convertir en un barco que nos lleve río abajo, o en una nave intergaláctica que nos pasee por la estrella más lejana.

Una lata vacía la podemos convertir en un sonoro tambor o en cofre en el cual guardar secretamente otros objetos. Una tapa de refrescos la podemos convertir en runche o gurrufìo.

Un trozo de madera, con cierta habilidad, puede terminar en trompo, perinola y hasta en carreta o carrucha. Una hoja de papel podemos convertirla en veloz aeronave.

Los juguetes son como los granos de arena: infinitos e incontables. Los hay de lata, de madera o de plástico. Los hay grandes, pequeños o medianos. Los hay sencillos y complicados. Hay los que podemos hacer para nosotras y nosotros mismos y los que podemos comprar en cualquier tienda.

Aquí en la casa del juguete, podrás ver una interesante muestra de ese objeto tan mágico, tan bello, tan atractivo y tan nuestro que es el juguete.

Texto: Mauricio Rodríguez Ferrara.
Cortesía de: Mario Calderón. www.mariocalderon.com
Dirección: “LA CASA DEL JUGUETE”, Millas, Mérida Edo. Mérida, Venezuela.


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La Casa del Juguete

La Casa del Juguete - Millas, Mérida, Edo. Mérida - Por cortesía de Mario Calderón - www.mariocalderon.com


Entrar en este espacio, significa entrar en un mundo hecho de sueños, recuerdo e ilusiones. Aquí la nostalgia deja de ser esa sensación que nos liga al pasado, quizás, en el juguete perdido, aquel que dañamos, o aquel que nunca tuvimos.

A los adultos este espacio les permite reencontrase con eso que una vez fuimos; porque sin duda, todos fuimos niños, y todos alguna vez jugamos. Aquí podemos iniciar un viaje para conocer una valiosa colección que abarca juguetes desde los años 20 hasta la actualidad; de materiales tan diversos como celuloide, plomo, lata y papel, entre otros. Y de mecanismos tan ingeniosos como mágicos: el imán, la cuerda, la pila.

Para
los niños, la casa del juguete, representa una maravillosa oportunidad para conocer la historia relativamente reciente de sus actuales juguetes y los materiales presentes en la producción de estos, antes de la llegada del plástico a fines de los años 50.

La casa del juguete, primera en su tipo en Venezuela, es un lugar que no solo intenta preservar parte de nuestro pasado a través del resguardo de esta hermosa muestra de juguetes de diferentes épocas, sino pretende, servir de motor propulsor del quehacer artesanal venezolano.

Esta casa abre sus puertas como tributo a esos objetos que en nuestras manos cobraron vida y significaron algo, esas maravillas que llenaron nuestros corazones de alegría y nos ayudaron a crecer: siempre y para siempre recordados juguetes.

Texto: Eneira Quiñones.
Cortesía de: Mario Calderón.
Dirección: Casa del juguete, Millas, Mérida Edo. Mérida.


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En Desarrollos KIKIRIKI trabajamos con Madera Ecológica. Un uso racional de este recurso

Bancos de carpintería para niños elaborados con madera de pino y pinturas no tóxicas

El tablero de madera se presenta en el mercado como la
evolución de un recurso forestal que es cada vez más escaso, y
justamente es la materia prima con la cual trabajamos principalmente.

Está compuesto por fibras o partículas de pino Caribe compactadas con
resinas, en procesos de alta tecnología. Su presentación es en
diferentes espesores y con acabado final, listo para su uso.

La innovación tecnológica aplicada a este sector va de la mano de
las exigencias ecológicas de este siglo, porque son estos tableros los
que provienen --en su mayoría-- de bosques reforestados; por esta
razón se les conoce también con el nombre de maderas ecológicas.

En Venezuela, las grandes plantaciones de pinos Caribe se ubican al
sur del país, entre los estados Bolívar, Anzoátegui y Monagas, en
Uverito.

Se calcula que esta reserva abarca alrededor de 600.000
hectáreas y es manejada de manera sustentable por importantes
empresas nacionales y trasnacionales.

El uso de este tipo de tableros se adapta a las necesidades de
conservación de los recursos naturales, aún cuando se siguen
experimentando pérdidas de bosques en el mundo.

Ya para el año 2007, la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) hacía
referencia a grandes pérdidas de hectáreas de bosques primarios en
Indonesia, México, Papua Nueva Guinea y Brasil.

La situación tiende a agravarse, y frente a esta situación es
interesante conocer que el ciclo de la reforestación se cumple cada
18 años,tiempo en el cual,al menos los pinos Caribe ya pueden utilizarse
comercialmente.


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